sábado, 31 de julio de 2010

Estamos criando vagos


Por César Mella, Psiquiatra

Hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela. Se levantan irritados, pues se acuestan muy tarden hablando por teléfono, viendo tele o conectados al internet.

No se ocupan de que su ropa y sus zapatos estén limpios y mucho menos ponen un dedo en nada que tenga que ver con "arreglar algo en el hogar"

Idolatran a sus amigos y viven poniéndoles "defectos" a sus padres, a los cuales acusan a diario de que "son anticuados"

No hay quien les hable de ideologías, de moral y de buenas costumbres, pues consideran que ya lo saben todo y no necesitan de Dios...qué es eso??

Hay que darles su "semanal" o mesada de la que se quejan a diario porque eso no me alcanza"

Definitivamente estamos rendidos y la tasa de retorno se aleja cada vez más, pues aún el día en que consiguen un trabajo hay que seguir manteniéndoles.

Me refiero a un segmento cada vez mayor de los chicos de capas medias urbanas que bien pudieran estar entre los 16 y los 24 años y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos, constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿En que estamos fallando?

Para los nacido en los cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado es que se levantaban de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que limpiar la casa; que ilustraban sus zapatos; algunos fueron limpiabotas y repartidores de diarios; otros llevábamos al taller de costura la ropa que elaboraba nuestra madre o teníamos un pequeño salario en la iglesia en donde ayudábamos a oficiar la misa cada madrugada.

Lo que le pasó a nuestra generación es que elaboramos un discurso que ni dio resultado: "!yo no quiero que mi hijo pase por lo que yo pase!. Usted por que tiene lo que tiene...
Por que le costo esfuerzo... sacrificios, y así es que se aprende a valorar los esfuerzos de los padres y no acostumbrar a nuestros hijos a recibir todo por obligación.

Nunca conocieron la escasez, se criaron desperdiciando, a los 10 años ya habían ido a Disney World 2 veces, cuando nosotros a los 20 no sabíamos lo que era tener un pasaporte. El "dame" y el "cómprame siempre fue generosamente complacido y ellos se convirtieron en habitantes de una pensión con todo incluido, (TV, DVD, Equipo de sonido, Internet y comer en la cama,recogerle el reguero que dejan porque siempre se les hace tarde para salir..) y luego pretendemos que fuera un hogar o exigir o preguntarnos, por qué nuestros hijos se aíslan, no



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